Bludger Encantada | Libre.

Golpear traseros o a personas sin que esté haciéndose de forma ilegal, a veces saca buenos resultados. Pocos se creerían que alguien con la apariencia tan delicada y grácil sería una gran golpeadora para su equipo de Quidditch. Nunca le interesó ser cazadora o incluso ser buscadora; la verdad es que le gustaba bastante el rol que desempeñaba además de ser el mejor antídoto para la rabia y el estrés. Porque a pesar de todo, seguía siendo un juego, una manera de sacarse todas las presiones que uno siente cada día y es por lo mismo que ella siempre da su cien porciento en los partidos, porque cada vez que acaba, se siente completamente nueva y rejuvenecida, con todas las pilas repuestas para seguir en el colegio.

Muchos pensarían que ella era extraña, y sí, lo era. Pero no podía evitar sentir ansias de practicar después de dos horas de runas antiguas que la habían dejado totalmente metida de números en la cabeza. Ahora, con una camiseta deportiva y unos pantalones anchos se encontraba practicando en el campo de quidditch aprovechando que se encontraba completamente vacío y perfecto para que pudiera practicar con toda la confianza del mundo, sin esperar distracciones de nadie más. Había subido a su escoba y hechizado a la bludger que poseía para ella, para que la persiguiera. Era la mejor forma de practicar con su Bat y golpearla de la mejor manera. Llevaba así un par de horas jugando y escapando de la bola, divertida y esforzada volaba por los aires sin saber realmente que había alguien más viendo sus piruetas y hazañas en el cielo, por suerte la bola se encontraba hechizada para que ella fuera atacada, quien sabría quien podría terminar atropellado o lastimado por la fiereza que poseen las bludgers.